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viernes, 19 de diciembre de 2014

DIFERENTES TEMAS DE ACTUACION - DEL LIBRO "EL EVANGELIO DE STANISLAVSKI" DE SERGIO JIMENEZ


A continuación comparto algunas ideas y consejos de varios grandes actores que estuvieron relacionados de una u otra manera con el gran director de teatro Konstantín Stanislavski. Pienso que algunos de los puntos y observaciones que aquí se presentan pueden ser interesantes y aún reveladores para el músico, ya que el intérprete es un artista que debe ejecutar las obras de su repertorio enfrente de una audiencia y no sólo estudiarlas y aprenderlas para sí mismo. 

COMO POSESIONARSE DEL PAPEL

Michael Chejov


Imaginación
Mediante el empleo de la imaginación…trate de “ver” la vida interior del personaje, hasta que despierte los propios sentimientos de usted.
Trate de “oír” hablar al personaje. Incorpórelo poco a poco, con movimientos y expresiones.
Mijail Chejov
Incluya todo trabajo en su imaginación y pregúntese “¿cómo puedo mejorar éste o aquel momento?” Respóndala mejorándola primero en su imaginación y, enseguida, llevándola a la práctica.
Nuestras imágenes se hallan libres de toda inhibición porque son el producto directo de nuestra individualidad creadora. Todo lo que enmaraña el trabajo del actor procede de un algo sin desarrollar o de peculiaridades sicológicas personales tales como la propia conciencia, la falta de confianza y el temor de causar una impresión equivocada…nuestra individualidad creadora se halla libre de la limitación sicológica como nuestras imágenes lo están de los cuerpos materiales.

Atmósferas
Imagine a su personaje dentro de las diferentes atmósferas dadas en la obra…creé estas alrededor de usted y comience a representar bajo su influencia. Que todos sus movimientos, el timbre de su voz y los parlamentos se hallen en completa armonía con la atmósfera escogida.

Sensación de los sentimientos
Definir las cualidades más características de papel como pueden ser la cobardía, la quietud, el romanticismo, el valor, el candor la sinceridad, etc.
Al hallar la cualidad general y experimentarla como un sentimiento deseable, desempeñe su papel bajo su influencia.

Gesticulación sicológica
Cuerpo imaginario.
Al cabo de cierto tiempo agregue al movimiento algunos parlamentos relacionados con él…no tardará en saber que expresión se inclina a adoptar su personaje: lenta, rápida, reposada, impulsiva, pensativa, ligera, pesada, efusiva, fría, apasionada, sarcástica. En voz alta, en voz baja, agresiva, suave, etc.

Unidades y objetivos de Stanislavski
Para estudiar la estructura de la obra y el papel es necesario dividirlo en unidades.
El objetivo es aquello que el personaje (no el actor) anhela, quiere, desea; lo que es su finalidad, su meta. Los objetivos se suceden uno al otro (o pueden también extenderse).
Todos los objetivos van a dar a un objetivo que los domina, formando “un canal lógico y coherente”: el superobjetivo del personaje.
“Los objetivos menores deben convergir para dar cumplimiento al superobjetivo…que es el leitmotiv de la producción literaria del autor.”
Con objeto de darle un nombre al objetivo piense: “quiero o deseo hacer esto…” y enseguida viene el verbo que expresa el deseo, la meta del personaje. Quiero persuadir, quiero desentenderme de, quiero comprender, quiero dominar, y así por orden. Jamás use los sentimientos y emociones cuando trate de definir sus objetivos, y digan cosas como “quiero amar o deseo sentirme triste”…porque los sentimientos y las emociones no se pueden hacer. El verdadero objetivo está basado sobre su voluntad… de ahí que se requiera tratar con cierto número de objetivos más pequeños.
Stanislavski: “cuanto mayores y menores divisiones haya, menor será el esfuerzo y más fácil le resultará desempeñar todo el papel.”
Stanislavski

Difícil encontrar el superobjetivo… el actor con frecuencia necesita sentirse satisfecho al tener algunos objetivos menores sin siquiera saber adonde le van a conducir. Sin embargo, el actor debiera conocer el superobjetivo de todo su papel desde el comienzo mismo.
Puede ser de ayuda interrogar a un público imaginario y anticipar sus reacciones futuras. La sicología del público difiere con mucho de la de un actor o director, e incluso de la del propio autor… el público siente íntegramente la obra con su corazón y no con su cerebro… su reacción es inmediata, libre de toda tendencia…el público no analiza, sino experimenta… nunca se pierde en detalles, sino que intuitivamente percibe y saborea toda la médula de la obra.
Sin embargo, no se trata de negar la significación e importancia que el actor y el director den a la interpretación de la obra, o de sometimiento forzado al público. Por el contrario, se recomienda una cooperación genuina y artística. Pero, al haber consultado el gran “corazón” del público imaginario, la interpretación de la obra irá mejor encauzada y más inspirada en la “voz” del público.
Nunca trate de discernir objetivo alguno apelando simplemente a su razonamiento… el objetivo necesita hallarse enraizado a todo su ser y no estar sólo en la cabeza. Sus emociones, su voluntad e incluso su cuerpo necesitan estar “llenos” por entero con el objetivo.
Si no se siente “poseído” por el objetivo… aquel permanecerá fijo en su mente y no dentro de todo su ser, que todavía sigue pensando y no deseando en realidad.
El objetivo, transformado en una gesticulación sicológica que conmueva todo el ser y lo ponga en actividad, puede ayudarle a vencer la dificultad de quedarse solamente en una actividad cerebral incapaz de dar cuerpo al deseo.

El personaje y su caracterización
No existen papeles en los cuales el actor pueda mostrarse al público tal como es en la vida privada.
Todo arte sirve al propósito de descubrir y revelar nuevos horizontes de vida y nuevas facetas en los seres humanos. Un actor no puede brindar al público nuevas revelaciones si invariablemente es él quien se “despliega” en el escenario.
Jamás podrán hallarse dos personas exactamente iguales o dos papeles idénticos en las obras de teatro. Eso que constituye su diferencia es lo que hace al personaje.
Y será un buen punto de partida para un actor si quiere adueñarse del personaje, preguntarse: ¿cuál es la diferencia entre yo mismo y el personaje conforme se describe en la obra?
¿Y como incorporar esos rasgos característicos que establecen una diferencia entre usted y el personaje?
El modo más corto, más artístico y más divertido es encontrar un cuerpo imaginario para ese personaje o carácter.
Comience por imaginar que en el mismo espacio que ocupa con su cuerpo existe otro imaginario del personaje que ha creado en su imaginación.
Se vestirá con este nuevo cuerpo…poco tiempo después pensará y sentirá como si fuera otra persona… paso a paso, empezará a moverse, sentir y hablar de acuerdo con aquella; lo que equivale a decir que su personaje vive ahora dentro de usted (o al contrario).
El efecto del cuerpo imaginario será reforzado y adquirirá muchos matices nuevos si le añade el centro imaginario.
Al trasladar ese centro a diferentes lugares dentro o fuera de su cuerpo sentirá que toda su actitud sicológica y física cambian.

La atmósfera y los sentimientos individuales
Para algunos actores el escenario, por pequeño que sea, es todo un mundo saturado de una atmósfera tan fuerte, de tal magnetismo que apenas pueden abandonarlo.
Pero es el caso que las atmósferas no tienen límite y pueden ser halladas en todas partes. En el paisaje, en una calle cualquiera, en la casa, en una habitación, una biblioteca, un museo., etc., existe también la atmósfera; la mañana, la tarde, la noche, la primavera, etc.
Si el teatrista ha creado verdaderamente la atmósfera que requiere la obra, el espectador no podrá permanecer alejado de ella.
La atmósfera ahonda la percepción del espectador. Con el escenario dominado por la atmósfera, sus sentimientos (y no sólo su intelecto) se avivarán y entrarán en juego. Sentirá el contenido y la verdadera esencia de la escena.
La atmósfera ejerce una influencia extremadamente poderosa en la actuación del artista… el espacio, el aire que le rodea, está saturado de atmósfera que siempre le apoyará provocándole nuevos sentimientos e impulsos creativos.
¿De donde viene ese apremio, de donde brota? De la voluntad, de la fuerza dinámica que vive dentro de esa misma atmósfera. Moviéndose, por ejemplo, en una atmósfera de felicidad, advertirá que su voluntad despierta dentro del actor el deseo de extenderse, de ganar espacio, de abrirse.
Todo lo que necesita para obtener inspiración de ella es simplemente, abrírsele.
Sentimientos individuales de los personajes y atmósferas son independientes entre sí y pueden existir simultáneamente aun cuando se hallen en completo contraste.
Imaginar un viejo monasterio.
El reino del arte es por encima de todo, el reino de los sentimientos.
Todo ser humano normal ejerce tres funciones sicológicas principales: los pensamientos, los sentimientos y los impulsos volitivos. Nuestros sentimientos armonizan nuestras ideas e impulsos volitivos. No sólo eso, sino que los modifican, los controlan y los perfeccionan, haciéndolos “humanos”.
En el orden artístico, los efectos son los mismos. Cualquier representación teatral privada de sus atmósferas da la impresión de cosa mecánica. La atmósfera es el corazón y el alma de toda obra de arte, de toda representación escénica.
Los sentimientos individuales de un actor son… muy caprichosos y activos. Usted no puede ordenarse a sí mismo sentir verdaderamente tristeza o alegría, amar u odiar. Frecuentemente los actores se ven obligados a pretender determinados sentimientos en escena y realizan numerosísimos e inútiles intentos para echar fuera tales sentimientos… los verdaderos sentimientos artísticos, si se rehúsan a presentarse por sí, deben ser suscitados por algún procedimiento técnico que haga del actor el dueño de aquellos.
Ejercicio de hacer acción física, primero libre y luego adornándola con cierta cualidad, como la precaución. Al repetir varias veces el movimiento hecho con cautela, deja de ser una simple acción física, y adquiere cierto matiz sicológico.
Es una sensación de cautela la que ahora llena e impregna su brazo. Es una sensación sicofísica.
La sensación es el recipiente al que sus genuinos sentimientos artísticos van a desembocar; es una especie de punto magnético que atrae sentimientos y emociones apareándose con cualquier cualidad es cogida por usted para su movimiento.
Pregúntese ahora si forzó sus sentimientos. ¿Se ordenó a sí mismo “sentir cautela”? No. Tan sólo llevó a cabo un movimiento con determinada cualidad, es decir creando una sensación de cautela a través de la cual provocó sus sentimientos. Repita este movimiento con varias otras cualidades y el sentimiento, el deseo de usted, crecerá con más y más fuerza.
La cualidad de cautela puede despertar no solamente un sentimiento análogo sino también toda la gama de sentimientos similares a éste… puede sentirse irritado o alerta, como si se enfrentase a un peligro; tierno y efusivo, como cuando protege a un niño; o asombrado y curioso, como cuando se pone en guardia. Todos estos matices se hallan relacionados con la sensación de cautela.
Posición estática. Cualquier postura corporal puede estar impregnada de cualidades exactamente igual que todo movimiento. Todo lo que necesita es decirse: “voy a permanecer de pie, sentado o acostado con esta o aquella cualidad en mi cuerpo”, y la reacción sobrevendrá inmediatamente haciendo brotar en el interior de su alma todo un caleidoscopio de sentimientos.
Puede ocurrir que al trabajar en una escena tenga dudas de la cualidad, o sensación: tiene que escoger. En un dilema así no vacile en tomar dos o tres cualidades para su acción. Puede probarlas una tras otra en busca de la mejor, o puede también combinarlas todas. Supongamos que toa usted la cualidad de abatimiento y al mismo tiempo las de desesperación, meditación o enfado. No importa cuantas cualidades acopladas pueda seleccionar y combinar, siempre se confundirán en una sensación para usted, igual que un acorde dominante en la música.
Tan pronto como sus sentimientos estén avivados, le llevaran lejos consigo, y su ejercicio, ensayo o actuación habrá hallado inspiración verdadera.

PREPARACION PARA EL PAPEL
Evgueni Vajtangov
Controlamos acciones, no emociones
Evgueni Vajtangov
El actor no debe intentar controlar sus emociones… no hagan los sentimientos a la medida, olvídenlos por completo. Stanislavski enseñaba que el actor debe pensar antes que nada en qué va a hacer, no en lo que va a sentir. La imaginación se genera subconsciente, espontáneamente, en el proceso mismo de ejecutar acciones dirigidas hacia la gratificación de un deseo.
El actor sube al escenario no para sentir o experimentar emociones, sino para actuar.  “No esperes emociones, actúa inmediatamente”, decía Stanislavski. Un actor no debe estar nada más en escena, sino actuar.
Cada acción difiere del sentimiento por la presencia del elemento de la voluntad. Persuadir, consolar, preguntar, reprochar, perdonar, esperar, perseguir, éstos son verbos que expresan acción de la voluntad.
Mientras que los verbos irritarse, compadecer, llorar, reír, impacientarse, odiar, amar, expresan sentimiento y por lo tanto, no pueden y no deben figurar como tarea en el análisis de un papel… deben nacer espontanea y subconscientemente.
El deseo es el motivo para la acción. Por lo tanto la cosa fundamental que debe aprender un actor es a desear, querer a voluntad, desear cualquier cosa que es dada al personaje.
En la vida real, un hombre que llora trata de contener su llanto, pero el aficionado en actuación hace lo contrario…lo mismo sucede con la risa. ¿Quién no conoce esa risa desagradable, falsificada de un actor? Lo mismo tiene lugar con la expresión de otros sentimientos.
Es imposible enseñar a alguien a crear, porque el proceso creativo es subconsciente… la inspiración es el momento en que el subconsciente, sin participación de la conciencia, da forma a todas las impresiones, experiencias y trabajos que la preceden.
Cualquiera que perciba en forma subconsciente y lo exprese de la misma manera es un genio.
La liberación y descubrimiento de la individualidad debe ser el objetivo principal de toda escuela teatral.

Agitación desde la esencia
El sentimiento del actor no debe ser hecho por anticipado en algún lugar de su alma. Debe surgir espontáneamente en el escenario.
Cualquier cosa que digo o hago como actor debe ser conocida en forma orgánica: necesaria para mis nervios, mi sangre, mis pensamientos.
Fe escénica
El actor debe tomar como verdad cualquier cosa que pueda crear con su propia fantasía, como los juegos de niños. La fe del actor es una cualidad que transporta al público.

Ritmo
Todo lo relacionado con el dominio de los medios de expresión teatral: sonido, palabras, frases, gesto cuerpo, ritmo…requiere una justificación interna proveniente de la misma naturaleza.
Los elementos del arte dramático están subordinados a leyes orgánicas y no mecánicas.
Cada drama, cada papel, cada parte de un papel, tienen su ritmo propio… percibir el ritmo de un personaje significa comprender el papel.
Lo dicho respecto al ritmo se aplica por igual a la plástica. Un actor debe ocuparse de la sensación de plasticidad y comunicarla con su cuerpo.
La plasticidad, empleada subconscientemente, se encuentra en el poder de la voz, en la transformación física, en el personaje, en su habilidad para distribuir expeditamente su energía entre los músculos, en sus gestos, en la lógica de sus sentimientos.
La causa de que se pierda el ritmo en escena es que se busca efectuar un ejercicio de manera correcta en un sentido mecánico, cuando todos los ejercicios deben ser considerados como un ejemplo en el que se manifiesta la ley general del ritmo y la plástica.
La cesación externa de movimientos físicos en el escenario no debe de interrumpir la continuidad del movimiento interno… la línea de la vida interna. Los movimientos de la vida interna no deben detenerse desde el momento en que un actor aparece en escena hasta que sale de ella.

Los pequeños impulsos
El actor debe aprender a buscar algo nuevo en todos los ensayos… [tener] la disposición a reaccionar a todo como una sorpresa, es posible el nacimiento de nuevos colores en una forma inesperada.
El papel está listo cuando ha hecho del diálogo su propio diálogo… cuando el actor comprende lo que está contenido en las palabras del texto. Un pensamiento del texto puede no coincidir con el significado directo de la palabra. El objeto por el cual un hombre emite palabras s manifiesta de ordinario, no en el significado de las palabras habladas, sino en como las dice… los actores no deben decir palabras, sino pensamientos: descubrir el texto.


LAS ACCIONES FISICAS COMO METODOLOGIA
Vladimir O. Toporkov
En el último periodo Stanislavski otorgó una importancia decisiva al trabajo de la creación del esquema de las acciones físicas.
“Para trabajar en un rol es necesario, antes que nada, fijar la línea de las acciones físicas; inclusive resulta muy útil anotarla; en segundo término hay que verificar su naturaleza y empezar a actuar con audacia y sin perderse en especulaciones. No bien empieza a actuar, en seguida sentirá la necesidad de fundamentar sus acciones. No es posible dominar el papel de golpe. En todo papel abundan pasajes poco claros, difíciles de comprender. Por eso conviene que empiecen por sus elementos más evidentes… busquen la verdad de las acciones físicas más simples, que les resulten más manifiestas. La verdad de las acciones físicas más simples los conducirá a la fe, y lo demás se convertirá en el “yo soy”, expresándose luego en la acción, en la creación. Si el camino de las acciones se halla bien afirmado por sus experiencias personales, vividas en las “circunstancias dadas”, no teman olvidarse de las emociones; vuelvan a las acciones físicas y éstas  les devolverán las emociones perdidas… las acciones físicas también representan el medio principal para la expresividad del actor.”
No es por casualidad que Stanislavski definiera al actor como el maestro de las acciones físicas.
“Deben de creer a pie juntillas en lo que están haciendo, en como actúan… Excluyan de su atención al espectador, hagan como si no existiera para ustedes, y cuanto mejor lo logren, con tanto mayor interés seguirá él su actuación. Esta es una ley escénica.”
Stanislavski veía el camino para la creación de un personaje como un paulatino y definido desarrollo, como una asimilación… y una maestría en la línea activa del papel. Eso antes que nada, después todo lo demás, incluyendo los diseños exteriores… Al construir el esquema de las acciones físicas – etapa básica del trabajo- el actor está en camino de descubrir la caracterización externa. Lo uno es imposible sin lo otro… llegado el momento de empezar a elaborar el aspecto visible del personaje, su atención estará en la caracterización exterior, Stanislavski lo anunciaba sin rodeos.
“Interpretar un papel significa mostrar en el escenario la vida del espíritu humano.”




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