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jueves, 14 de junio de 2012

ARTUR RUBINSTEIN. REFLEXIONES SOBRE LA INTERPRETACION MUSICAL


CONSEJOS E IDEAS PARA EL INTERPRETE
(de la autobiografía de Artur Rubinstein, Mi Larga Vida)

·      …los más de los pianistas jóvenes están perfectamente equipados para su carrera a la edad de 17 o 18 años y es entonces cuando deberían comenzar a dialogar personalmente con los compositores. Los intérpretes tenemos en común algo con los artistas de la pintura. Si se hace uno diez retratos de otros tantos pintores, se verá diferente en cada uno de ellos. No obstante, cada artista podrá jurar que su obra expresa la forma en que lo vio. Lo mismo reza perfectamente con nuestra interpretación de la música. Cada quien aporta a la obra musical sus propias capacidades y destrezas, sacándole lo mejor según su comprensión y realizando su interpretación de acuerdo a su propia personalidad. Un consejo más: cuidado con tocar en publico una obra que uno no ama ni entiende, aunque parezca convenir al programa. De no cumplirse tales condiciones, no se hará justicia ni al compositor ni a uno mismo.

·      Mi larga experiencia me enseñó que la única vía hacia el éxito que tienen ustedes, los jóvenes pianistas, es verter sus emociones más profundas en la música que realmente aman y comprenden. Cuando eso ocurre es como una antena que se comunica con el público y lo hace compartir con ustedes esa emoción, aunque éste nunca haya oído la pieza o ni siquiera le guste. La música es un arte sagrado. Los que han nacido con talento para ella deben actuar como humildes servidores de los compositores inmortales, y sentirse orgullosos de haber sido elegidos para transmitir a la humanidad sus legados celestiales. Quienes utilizan estas obras inmortales como instrumentos de su propia promoción o para su éxito comercial traicionan este sagrado arte.
 
·      El arte ha de ser sencillo o imposible. ¿Por qué todo lo que escribió Mozart parece tan sencillo? El camino que lleva a esa sencillez es arduo, pero nunca debe parecerlo.

·      …nunca toqué una pieza sin sentir una intensa emoción y un profundo amor por ella. Y cuando estoy inspirado (y esto es un verdadero regalo del cielo) esa emoción y ese amor se transmiten al público. Muy a menudo ocurre que la perfección hasta el mínimo detalle, conseguido a costa de muchas horas de arduo trabajo, deja frio al auditorio, debido precisamente a la falta de esa misma esencia, del sentido de la música. 


FFinalmente comparto algunos videos sobre este pianista:







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