Empezó sus estudios musicales con su padre, y
a la edad de 12 años ya acompañaba en el órgano al coro de su pueblo en las
misas. A la edad de 15 años entró a la Escuela
Superior Diocesana de Música Sacra en Guadalajara. Entre otros maestros
estudió composición con Domingo Lobato;obteniendo un título en esa disciplina
en 1955. Como requerimiento para obtener su título, Hernández compuso varias
obras que fueron interpretadas en el Teatro Degollado de Guadalajara. Para
graduarse también compuso varias obras de carácter sacro las cuales a su vez
fueron interpretadas en la Catedral de Guadalajara en ese mismo año.
Hermilio Hernández al órgano |
Después de regresar a México, se dedicó
en parte a la enseñanza en la Escuela de Música de la Universidad de
Guadalajara. Por muchos años también, fue el principal organista de la Catedral
de Guadalajara. Sus obras han ganado reconocimiento a nivel nacional, y algunas
han sido interpretadas internacionalmente.
ESTILO MUSICAL
En sus primeras obras, este
compositor utiliza un lenguaje romántico cercano al de Manuel M. Ponce.
Desafortunadamente muchas de esas obras tempranas se han extraviado. Este
compositor ha cultivado en sus obras algunas formas musicales tradicionales
tales como la forma sonata de la cual un ejemplo es su Sonatina no. 1 para
piano. Esta tendencia de usar formas tradicionales es en parte el resultado de
la influencia que tuvo en los compositores mexicanos el movimiento neoclásico
de procedencia europea en la década de 1950. Sin embargo, a diferencia de otros
compositores, se puede decir que las características neoclásicas en la música
de Hernández no son algo externo sino algo intrínseco a su estilo como
consecuencia de su formación musical tradicional.
SONATINA I
Hernández admite que en un principio
compartió con Lobato varias ideas musicales provenientes de los impresionistas.
Esto se refleja en su estilo musical temprano que se caracteriza por el uso de
escalas modales, otras escalas no tradicionales, una tonalidad indefinida, y
otras características típicas de los impresionistas. [1]
Un ejemplo de ese estilo temprano es la ya mencionada sonatina.
Sin embargo, esas ideas eran ya algo
anticuadas para los años cincuentas. Aquí es interesante citar a Carballo otra
vez: “a la provincia llegan tarde todas las novedades culturales y artísticas,
y se retiran años después de haber cumplido su misión específica.”[2]
En Europa Hernández va a encontrar
la posibilidad de aprender y empezar a aplicar ideas de composición más
modernas. Específicamente, se familiarizó más con el sistema dodecafónico o
serialista el cual le ayudó a liberarse por completo de las prácticas tonales.
Sus Invenciones
para Piano de 1968, son un ejemplo del lenguaje serial en Hernández. Sin embargo, él no emplea
estas técnicas de una manera estricta como el serialismo integral de otros
compositores. Y, aunque recurre al cromatismo natural e intrínseco del
dodecafonismo como un medio para evitar los hábitos formados dentro del sistema
tonal, él aplica esas técnicas de una manera muy libre. En sus Invenciones
Hernández demuestra también un gran dominio del contrapunto aplicado dentro de
un lenguaje más moderno.
La alusión a las Invenciones de Bach
es evidente al escuchar estas piezas.
DOS INVENCIONES
[1] En su empleo moderno los
términos “tonal” y “modal” se excluyen mutuamente. El primero designando a
aquella música escrita en alguna tonalidad (como en la música popular),
mientras que el segundo se refiere a música que muestra la influencia de los
modos antiguos o eclesiásticos.
[2] Emmanuel Carballo. Ya nada es igual, pp. 69-70
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