Algunas ideas de Savater del libro que escribió para su hijo
· No somos libres de elegir lo que nos pasa… sino
libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo.
·
Cuanta
más capacidad de acción tengamos,
mejores resultados podremos obtener de nuestra libertad.
·
Si no
me conozco ni a mí mismo ni al mundo en que vivo, mi libertad se estrellará una y otra vez contra lo
necesario.
· Pero también nuestra libertad es una fuerza en
el mundo, la mayoría [de la gente] tiene mucha más conciencia de lo que limita
su libertad que de la libertad misma. En el fondo piensan: «¡Uf! ¡Menudo peso
nos hemos quitado de encima! Como no somos libres, no podemos tener la culpa de nada de lo que nos ocurra ...
».
· De modo que parece prudente fijarnos bien en lo
que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar.
A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres,
es a lo que llaman ética.
· «Tanto la virtud como el vicio están en nuestro
poder… si está en nuestro poder el obrar cuando es bello, lo estará también
cuando es vergonzoso, y si está en nuestro poder el no obrar cuando es bello,
lo estará, asimismo, para no obrar cuando es vergonzoso» (Aristóteles, Ética para Nicómaco).
· «No hemos de preocupamos de vivir largos años,
sino de vivirlos satisfactoriamente; porque vivir largo tiempo depende del
destino, vivir satisfactoriamente de tu alma. La vida es larga si es plena; y
se hace plena cuando el alma ha recuperado la posesión de su bien propio y ha
transferido a sí el dominio de sí misma» (Séneca, Cartas a Lucilio).
·
Libertad
es decidir, pero también, no lo
olvides, darte cuenta de que estás
decidiendo.
·
Pero nunca una acción es buena sólo por ser una
orden, una costumbre o un capricho… si queremos aprender en serio cómo
emplear bien la libertad que tenemos (y en este aprendizaje consiste
precisamente la «moral» o «ética» de la que estarnos hablando aquí), más vale
dejarse de órdenes, costumbres y caprichos.
· La ética bien entendida no está escrita más que
esa misma consigna: haz lo que quieras.
·
“Y
era razonable, porque las gentes libres, bien nacidas y bien educadas, cuando
tratan con personas honradas, sienten por naturaleza el instinto y estímulo de
huir del vicio y acogerse a la virtud. Y es a esto a lo que llaman honor.”
“Pero
cuando las mismas gentes se ven refrenadas Y constreñidas, tienden a rebelarse
y romper el yugo que las abruma. Pues todos nos inclinamos siempre a buscar lo
prohibido y a codiciar lo que se nos niega» François Rebelais, Gargantúa y
Pantagruel.
· No le preguntes a nadie qué es lo que debes
hacer con tu vida: pregúntatelo a ti mismo.
·
No
somos libres de no ser libres, que no tenemos más remedio que serlo.
·
La
ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor. Si
merece la pena interesarse por la ética es porque nos gusta la buena vida.
· Muy pocas cosas conservan su gracia en la
soledad; y si la soledad es completa y definitiva, todas las cosas se amargan
irremediablemente. La buena vida humana es buena vida entre seres humanos o de lo contrario puede que sea vida, pero no
será ni buena ni humana.
· No hay humanidad sin aprendizaje cultural y para
empezar sin la base de toda cultura (y fundamento por tanto de nuestra humanidad):
el lenguaje.
· Para que los demás puedan hacerme humano, tengo yo
que hacerles humanos a ellos… Por eso darse
la buena vida no puede ser algo muy distinto a fin de cuentas de dar la buena vida.
·
La
vida, en cambio, es siempre complejidad y casi siempre complicaciones.
·
La
verdad es que las cosas que tenemos nos tienen ellas también a nosotros en
contrapartida: lo que poseemos nos posee.
· Como
no somos puras cosas, necesitamos «cosas» que las cosas no tienen.
· Al no convertir a los otros en cosas defendemos
por lo menos nuestro derecho a no ser
cosas para los otros.
· Ante todo, nada de contentarse con ser tenido por bueno, con quedar bien ante los demás, con que nos
den aprobado.
· Así de nuestra misma deficiencia nace nuestra
frágil dicha.
Rousseau |
· Lo contrario de ser moralmente imbécil es tener conciencia.
· ¿Por qué está mal lo que
llamamos «malo»? Porque no le deja a uno vivir la buena vida que queremos.
¿Resulta pues que hay que evitar el mal por una especie de egoísmo? Ni más ni menos.
· Lo serio de la libertad es que cada acto libre
que hago limita mis posibilidades al elegir y realizar una de ellas.
·
Lo
que llamamos «remordimiento» no es más que el descontento que sentimos con
nosotros mismos cuando hemos empleado mal la libertad, es decir, cuando la
hemos utilizado en contradicción con lo que de veras queremos como seres
humanos.
·
Todos
los que quieren dimitir de su responsabilidad creen en lo irresistible, aquello
que avasalla sin remedio, sea propaganda, droga, apetito, soborno, amenaza,
forma de ser... lo que salte.
· A nadie se le regala la buena vida humana ni nadie consigue lo conveniente para
él sin coraje y sin esfuerzo: por eso virtud
deriva etimológicamente de vir, la
fuerza viril del guerrero que se impone en el combate contra la mayoría.
· El tipo responsable es consciente de lo real de su libertad. Y empleo «real» en
el doble sentido de «auténtico» o «verdadero» pero también de «propio de un
rey»: el que toma decisiones sin que nadie por encima suyo le dé órdenes. Responsabilidad
es saber que cada uno de mis actos me va construyendo, me va definiendo, me va inventando. Al elegir lo que quiero
hacer voy transformándome poco a
poco. Todas mis decisiones dejan huella en mí mismo antes de dejarla en el
mundo que me rodea… lo ideal es ir cogiendo el vicio... de vivir bien.
Erich Fromm |
· Para Marco Aurelio, lo más importante respecto a
los hombres no es si su conducta me parece conveniente o no, sino que ‑en
cuanto humanos‑ me convienen y eso
nunca debo olvidarlo al tratar con ellos. Por malos que sean, su humanidad
coincide con la mía y la refuerza. Sin ellos, yo podría quizá vivir pero no
vivir humanamente.
· Ya que el vínculo de respeto y amistad con los
otros humanos es lo más precioso del mundo para mí, que también lo soy.
· Quien «ha llegado» a ser algo detestable, como
sigue siendo humano aún puede volver a transformarse de nuevo en lo más
conveniente para nosotros.
· La mayor parte de nuestro comportamiento y de
nuestros gustos la copiamos de los demás. Por eso somos tan educables y vamos
aprendiendo sin cesar los logros que conquistaron otras personas en tiempos
pasados o latitudes remotas. En todo lo que llamamos «civilización», «cultura»,
etc., hay un poco de invención y muchísimo de imitación.
· «Soy humano ‑dijo un antiguo poeta latino‑ y
nada de lo que es humano puede parecerme ajeno.»
· «Interés»: viene del latín inter esse, lo que está entre varios, lo que pone
en relación a varios.
· El único interés absoluto: el interés de ser humano entre los humanos, de dar y
recibir el trato de humanidad sin el que no puede haber «buena vida».
· Sentir simpatía
por el otro (o si prefieres compasión,
pues ambas voces tienen etimologías semejantes, la una derivando del
griego y la otra del latín), es decir ser capaz de experimentar en cierta
manera al unísono con el otro, no dejarle del todo solo ni en su pensar ni en
su querer.
· Quien vive bien debe ser capaz de una justicia
simpática, o de una compasión justa.
Bertrand Russell |
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