MAS IDEAS E IMPRESIONES DE ARTUR RUBINSTEIN
(de la autobiografía de Artur Rubinstein, Mi Larga Vida)
· [En 1975] un doctor de la Universidad de
Stanford, Joseph Rubenstein, me hizo una extraña invitación a un simposio
llamado The Majesty of Man. En el panel figuraban el famoso Linus Pauling, dos
veces ganador del premio Nobel, otro sabio que había ganado el mismo premio y
algunos destacados profesores de física y medicina… Cuando me pidieron aclarar
lo que quería decir con felicidad “incondicional”, hice mi mejor esfuerzo por
aclararlo recurriendo a mi profunda creencia en el contraste. “Amando la vida
como lo hago llegué a la conclusión de que los tiempos difíciles son necesarios
para cobrar conciencia de lo interesante y maravillosa de la existencia. No
concuerdo con las religiones que ven la vida como un estadio pecaminoso y
previo a otro mejor después de la muerte.”
· Pregunté a esos sabios si el cerebro se
conectaba con el alma, palabra que se usa en todas las lenguas y cuyo
significado nunca ha sido claro. De más está decir que no supieron responderme.
“En la mayoría de mis conciertos, el cerebro, que me ayuda a preparar mi
trabajo, se mantiene en paz. Es la inspiración, el impulso de transmitir la
música a mis oyentes, lo que yo prefiero llamar alma.”
Comentarios de Rubinstein sobre el mundo moderno (en los años 1970s),
todavía vigentes en nuestra realidad en el 2012:
· En Europa, la vida familiar y la moral han
llegado a su límite más bajo en la historia. Campea la pornografía a cielo
abierto y una juventud desmoralizada se entrega en masa al consumo de
estupefacientes. ¿Y que fue de la riqueza literaria del siglo pasado y, ay, de
las artes? Lo que proclaman los nuevos compositores, pintores y escultores, que
la expresión de las emociones no es necesaria, desmiente la razón misma de la
existencia del artista.
· Sin embargo, el estado del mundo no cambia
en nada mi profundo amor por la vida…creo firmemente en un futuro renacimiento,
y en que esta imagen pesimista del presente no llenará sino unas cuantas
páginas de la historia, como necesario contraste al disfrute pleno de tiempos
mejores.
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