Viena |
En los primeros tiempos, sólo vieron la luz, en Viena, algunas de las variaciones escritas en Bonn sobre temas favoritos. Fue a partir de 1795 cuando Beethoven empezó a editar sus obras provistas del número correspondiente y que causaron sensación, empezando por tres tríos para piano op. 1; luego las tres primeras sonatas para piano, el primer concierto para piano, la primera sinfonía y los seis cuartetos op. 18.
Pronto empezaron a dar fruto en lo económico los éxitos de su portentosa capacidad de creación. Beethoven, consciente de su propio valer... consiguió que sus obras fuesen remuneradas, sobre poco más o menos, con los honorarios correspondientes a su valía. No le gustaba dar clases, y solo se avenía a ello cuando se creía en la obligación de hacerlo, como en el caso de su protector, el archiduque Rodolfo. En los tiempos de apogeo de su trato con los círculos de la alta sociedad, Beethoven sostenía un caballo de montar y un criado para cuidarlo.
posible identificar.
La piadosa leyenda presenta a Beethoven como alejado... de todo contacto físico con el otro sexo. Algunos biógrafos aseguran... que el genio llevaba una vida de “asceta”. Sin embargo, esto no se halla muy en armonía ni con las costumbres de la sociedad vienesa de aquellos tiempos ni con el temperamento de nuestro artista... Sólo en una nota muy confidencial, redactada en francés, nos asegura, con referencia a una dama de la aristocracia vienesa, que le había concedido sus favores antes de casarse con otro.
Sin embargo, ya en el quinto año de su periodo de Viena, la sordera hace que el centro de gravedad del genio vaya desplazándose cada vez más resueltamente de lo exterior a lo interior. Su mundo pasó a ser su cuarto de trabajo... Junto a la naturaleza, su mejor amiga era su pequeña biblioteca. A veces... las lecturas de su edición de Shakespeare daban como resultado maravillosas inspiraciones creadoras. De tres fragmentos extraordinariamente expresivos en re menor, el movimiento lento del primer cuarteto de cuerda, está inspirado en la escena del cementerio de Romeo y Julieta; el primero de la Sonata para piano op. 31, no. 2, en algunas escenas de La Tempestad. Del Largo de la séptima sonata en Re para piano dice el propio Beethoven que describe el estado de espíritu de un melancólico, en el que las ideas alegres pugnan en vano por desplazar a las tristes, hundiéndose de nuevo en éstas.
En cuanto a su figura, Beethoven era, en los primeros años de Viena, un hombre más bien delgado, aunque de complexión robusta, un poco bajo, la piel del rostro morena y picada de viruelas, el cabello negro, muy espeso e hirsuto. Su recio cuello era indicio de fuerza física. En los años posteriores su cuerpo propende ligeramente a la corpulencia.
eran para él otra cosa que... fórmulas convencionales.
Cuaderno de Beethoven |