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miércoles, 6 de julio de 2016

ENTREVISTA CON EL PIANISTA AUSTRIACO RUDOLF BUCHBINDER




  Mi profesión es como el universo - no tiene fin

16 de Junio del 2014

-¿Cuál es su día de trabajo típico? ¿Cuántas horas al día toca? 
- En mi vida hay una regla muy importante: que no hay reglas. Todos los días hago algo nuevo, algo diferente. Por ejemplo, nunca me levanto a la misma hora. Es diferente cada día. La única cosa que es sagrada para mí es una siesta por la tarde el día de un concierto. Con respecto a la horas de estudio, sólo me siento al piano cuando siento ganas, por lo que en eso tampoco tengo ninguna regla. A veces no toco durante cuatro días seguidos. 

 - ¿Qué compañía hizo su instrumento? ¿O quizás son de varias? 
- Tengo tres. Y todos son Steinways.  

- ¿Cómo reacciona su familia a sus sesiones regulares de estudio? 
- Es muy simple: mis hijos nunca me han escuchado ensayar. Siempre he tenido tiempo para eso mientras estaban en la escuela. Y cuando llegaban a casa les dedicaba mi tiempo a ellos y no a la música. Es lo mismo con mis nietos, quienes tienen siete y nueve años de edad. Cuando me visitan me paso todo el tiempo con ellos y no al piano. 

 - ¿Qué hace en sus días libres? 
- Gracias a Dios en mi profesión la frase "fin de semana" no tiene mayor significado. Por ejemplo, cualquier martes o miércoles puede ser como un domingo para mí. Pero si tengo tiempo libre nunca tengo problemas para saber que hacer con él - tengo aficiones interesantes como la pintura, la literatura y el cine. Tengo una gran colección de películas, unos cuatro mil películas. He coleccionado todas las películas que han ganado un Oscar. A propósito, me encanta el cine ruso. También tengo una gran colección de películas rusas. Por supuesto, están cintas famosas como El acorazado Potemkin o películas de Andrei Tarkovski. Aparte de las películas de arte también me gusta ver películas biográficas. Películas sobre gente interesante e individuos extraordinarios. 

 - ¿Cómo se describe fuera del escenario? 

- Soy un hombre que siempre encuentra tiempo para los demás. No importa quiénes puedan ser - familiares, amigos o simples conocidos. Por supuesto, es muy difícil poder describirse uno mismo. Sobre todo si se trata de decir algo positivo. Tengo una profesión bastante compleja. A menudo me siento como Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Bueno y malo. En el escenario de concierto soy malo y en la casa soy bueno. Estos son, por supuesto, papeles muy peligrosos. Y tengo mucho cuidado en no confundirlos.  

- ¿Qué opinas del éxito? ¿Qué significa esa palabra para usted? 
- En relación al público ... Cuando viene a los conciertos la gente espera mucho del intérprete. Y es nuestro trabajo no sólo estar a la altura de esas expectativas, sino incluso ir más allá. De lo contrario existe el riesgo de que las personas no regresen al próximo concierto. Con respecto al éxito, tengo que decir que estoy totalmente convencido de que el éxito es importante para todos, independientemente de la profesión que uno elija. Tengo un refrán favorito que dice "Si uno piensa que ya es alguien entonces uno deja de moverse hacia adelante." Que es en esto donde radica toda la belleza de mi profesión: nunca se alcanza la perfección. Mi profesión es como el universo - no tiene fin. 

 - Espiritualmente, ¿que compositores le son más cercanos? 
- Entiendo su pregunta. Es hasta peligroso dar una respuesta definitiva. Como puedes ver, mi repertorio comienza con Bach y termina con compositores contemporáneos que han escrito música especialmente para mí. Pero puedo decir con absoluta certeza que Ludwig van Beethoven ocupa una posición clave no sólo en mi repertorio, sino también en mi vida. Beethoven es alguien a quien siempre estoy tratando de entender. A propósito, actualmente estoy escribiendo un libro sobre él, el cual se publicará el 2 de agosto de este año. 

 - Si estuviera vivo hoy ¿cree que serían amigos? 
- Sí, creo que sí. Al menos me gustaría pensar que así sería. 

 - En una entrevista usted dijo que Beethoven fue un compositor que nunca se comprometió y en otro que era un sentimental. ¿Cuál es su opinión sobre Brahms? 
- Beethoven fue uno de los grandes románticos. Lo mismo puede decirse de Brahms. Era muy sensible. Y no sólo como músico, sino, ante todo, como ser humano. ¡Sabes como apoyaba a Robert Schumann! ¡Cómo amaba a Clara Wieck Schumann! Y en su música, sobre todo en las obras pequeñas, se puede sentir calidez y fantasía. Una ensoñación para el amor. Una vez le preguntaron por qué él no componía óperas. Y respondió: "Si alguna vez me caso entonces voy a componer una ópera." Pero su amor por Clara nunca podía haber tenido un final feliz. Así que tal vez no se le puede considerar como alguien que haya sido muy feliz. Y ese deseo de amor, esa sensibilidad y calidez, en mi opinión es algo que Beethoven y Brahms comparten. 

 - Su afinidad con Beethoven es conocida como B & B .¿Cómo podría llamársele a su afinidad por Brahms? 
- Estaría muy contento si a Brahms y a mí también se nos considerase de la misma manera (risas)

 - ¿Cuál es, en su opinión, es la principal dificultad para la interpretación de la música de Brahms? 
- Tengo manuscritos  de sus dos conciertos para piano con sus notas escritas a mano. Me interesa siempre saber que era lo importante para él. Particularmente en el segundo concierto, donde el propio Brahms escribió varias indicaciones con respecto a la dinámica. Creo que la mayoría de la gente tiene nociones equivocadas acerca de Beethoven, Mozart y Brahms. Piensan que si se trata de Beethoven entonces tiene que ser algo dramático, y si es Mozart entonces va a ser algo ligero. ¡Wolfgang Amadeus Mozart fue el compositor más dramático! Él escribió la ópera más dramática, Don Giovanni . Beethoven y Brahms son compositores increíblemente románticos y sensibles. Nunca me canso de interpretar las  treinta y dos sonatas de Beethoven o las piezas líricas de Brahms. Es música que está llena de confesiones amorosas. El problema con Beethoven era que siempre se estaba enamorando de la mujer equivocada. Brahms, afortunadamente, encontró su Clara.  

- ¿Usted piensa que la música de Brahms es accesible por la generación más joven? 
- Por supuesto, después de todo, esta música nunca puede morir. Ha estado con nosotros alrededor de ciento setenta años, y no veo ninguna razón para que esto deba cambiar. Los jóvenes necesitan música en vivo, y es por eso que las salas de conciertos están siempre llenas. Música tan sensible como la de Brahms puede tocar cualquier corazón. 

 - Sus actuaciones son inusuales por su relación particular con cada sonido que produce, así como por la magnitud de pensamiento musical en general. ¿Cómo hace para combinar los dos? Por favor, comparta sus experiencias ... 

- Es algo muy sencillo. Durante muchos años he estado estudiando obras cada vez más tempranas. Siempre trabajo con materiales originales. Tengo muchas ediciones diferentes de cada obra. A veces me canso de decirles a mis estudiantes que "antes de interpretar la música de Brahms, Rachmaninov o Tchaikovsky tienen que leer un libro acerca de ellos. Y sólo después se puede empezar a estudiarlos." Hoy en día me he vuelto mucho más libre en mis interpretaciones de las obras musicales. Pero eso es sólo posible cuando se tiene un gran conocimiento detrás de uno. Me encanta decir que "El conocimiento te hace libre." Si hay algo que no sé, entonces no me siento libre. El conocimiento es como unos cimientos. Cuanto más fuerte sean los cimientos mejor resistirá el edificio. Lo mismo puede decirse de la música.  

- Usted es un hombre muy abierto. ¿Con que tipo de gente le resulta difícil congeniar? 
- Tontos! 
  
- ¿Qué cosas que le dan placer en la vida y que cosas despiertan en usted emociones negativas? 
- Siempre me dan gusto los éxitos de los demás. Soy un jugador muy apasionado. Cuando juego a las cartas con amigos puedo perder durante horas y no me molesta en lo absoluto. Simplemente me gusta el proceso del juego. Y otra cosa ... con el tiempo he aprendido a mantener mis emociones negativas en control. Hay cada vez menos cosas en la vida que me pueden hacer perder el equilibrio. Por ejemplo, si estoy sentado en un aeropuerto, y el vuelo se retrasa y hay riesgo de que pueda llegar tarde a un concierto no me pongo nervioso o enojado como solía pasarme. La razón de esto es muy simple: no puedo cambiar las cosas, incluso aunque golpeara mi cabeza contra la pared. Y en situaciones en las que no puedo cambiar nada no veo la razón para desperdiciar mi energía nerviosa. Con el tiempo se llega a valores totalmente diferentes en la vida. Hay muchas cosas que simplemente dejan de parecer tan importantes - ya no me interesan más. Pero hay que vivir la vida para aprender esa lección. Y para estar agradecidos con Dios por muchas cosas. 

 Hablando con Svetlana Nikitina y Sonya Lyubich

De la página Mariinsky Theatre (https://www.mariinsky.ru/en/



Algunas interpretaciones de Buchbinder:






 

LA CONCENTRACION EN EL ESTUDIO DE LA MUSICA (SEGUNDA PARTE) - OLGA SAMAROFF (1880-1948)

EL PODER DE CONCENTRACION DE UN FAMOSO ACTOR
Ernest Coquelin
Sin embargo, lo anterior no significa que las repeticiones numerosas sean indeseables o innecesarias. Recuerdo una historia que me dijo un viejo amigo, Ernest Coquelin, el famoso actor Francés, la cual ilustra cómo un gran artista, aunque de otra rama del arte de la interpretación, entiende la importancia que tiene la concentración en los detalles. En la obra "Thermidor", en la que Coquelin ofreció una maravillosa interpretación, había un pequeño pasaje en el que él debía pararse y caminar alrededor de una silla. Y mientras que hacía esto tenía que expresar la inminente sensación de estar en gran peligro. Coquelin me dijo que para poder tener el dominio de la técnica que lo llevara a tener un efecto teatral impresionante, que la audiencia pudiera percibir y comprender, él había practicado ese pequeño pasaje unas doscientas veces. Con cada repetición se fue concentrando y abstrayendo cada vez más de tal forma que se olvidó de todo lo demás. No sólamente se le olvidaron varios importantes compromisos que tenía, sino que también olvidó que debía tomar el tren que lo llevaría al sur de Francia, donde tenía varios compromisos, perdiendo así una oportunidad de aprovechar un lucrativo trabajo. Sobra decir que todos los que vieron su interpretación estuvieron impresionados especialmente por ese pasaje.
Para el artista que ya ha ganado un completo control de sí mismo y de su técnica existe algo como un subconsciente que es gobernado o dirigido por la mente, el cual le da seguridad y una especie de libertad técnica, y que le permite a su imaginación tocar de la forma más libre posible. Pero este subconsciente que gobierna nuestro trabajo se alcanza sólo con un control técnico total que es resultado de años y años de hábitos correctos de estudio al teclado. La mayoría de los problemas que confrontan al estudiante y al ejecutante promedio se pueden resolver mediante el tipo de concentración mental que se obtiene a través del hábito de recolectar los pensamientos y enfocarlos en un punto hasta obtener un resultado real.
Al preparar un pasaje para ser ejecutado en público el alumno debería de esforzarse en mantener en la mente la forma final en la que el pasaje será interpretado. Por ello, él no ganará nada practicando el pasaje de otra forma. La idea, que sorprendentemente proponen algunos maestros que por lo demás pueden ser buenos, de practicar las obras de formas en las que finalmente no van a ser tocadas me ha parecido siempre rídicula. Algunos maestros les dicen a sus alumnos que no tomen en cuenta el fraseo, el pedal, los signos de expresión, etc. Es fácil ver que el alumno puede desarrollar por medio de la concentración cualquiera de esos aspectos al darle a cada uno una atención especial, pero al mismo tiempo él debe de entender que al tocar un sólo compás se requiere hacer no sólamente una cosa sino controlar muchos aspectos a la vez. Esta es una de las cosas que hacen el estudio de la música tan fascinante. A la mente se le da un breve momento para ejecutar un número de diferentes acciones y éstas deben de ser tocadas con perfección en cuanto a los detalles digitales, una apreciación fina de los valores artísticos y una correspondencia con el resto de la obra. El pintor puede pararse ante su caballete por meses pintando, pintando, pintando, borrando un color aquí y añadiendo una línea allá, pero tiene toda la eternidad para completar su trabajo si así lo desea. El lienzo del músico ejecutante es la atención que le proporciona su oyente. El debe de pintar a una velocidad asombrosamente rápida y su mente debe de estar entrendada para pensar a una velocidad que no se le exige a ningún otro artista con excepción tal vez del actor. Esta sóla razón debería de mostrar la necesidad de la concentración en el estudio y que el alumno comprenda lo importante que es ésta para progresar.
Encuentro alumnos que aprenden y producen por completo las notas de una obra y esperan que de alguna forma misteriosa van a poder producir todos los detalles finos de fraseo, acentuación, pedal y tempo correcto, al momento de tocar, sin haberse concentrado cuidadosamente en esos aspectos antes de la hora del concierto. Antes de que el alumno permita que su trabajo de ejecución llegue a los oídos de su audiencia él debe de haber estudiado no sólo todos los ángulos y partes de la obra, sino debe de haberla tocado muchas, muchas veces de la forma en la que él quiere tocarla en su máxima interpretación. Debe de concentrarse en su trabajo de tal manera que se siente al teclado con la mayor confianza y realice una pintura tonal que habrá de dejar una impresión artística permanente en la mente del oyente. Si el alumno puede pensar en el hecho de que cuenta sólo con un breve momento en el cual puede crear una obra maestra en interpretación, con seguridad entenderá que no puede permitirse desperdiciar ningún momento durante sus sesiones de estudio en estar distraído.

 NO INTENTE HACER DEMASIADO A LA VEZ
 Algunos estudiantes intentan aprender toda una composición de una sola vez. Esto por lo general resulta en una sucesión de desastres. El alumno trabaja prodigiosamente y produce nada. Por ejemplo en la Sonata en Re menor de Beethoven (Opus 31 no. 2), existen 232 compases en el primer movimiento. La forma correcta de proceder después de que se ha obtenido una idea general del movimiento por medio de un rápido examen de la pieza es tomar, digamos unos ocho compases, que aparecen así:
Diran que es algo sencillo, pero hagamos un pequeño catálogo de todas las cosas que se deben de observar en este pequeño pasaje que toma sólo unos segundos en tocarse. Considerándolos en orden uno debe de aprender:
Setenta y tres notas. 
Trece señales de fraseo. 
Tres indicaciones de tempo.
Tres importantes señales de pedal.
Dieciseis indicaciones de algún tipo de toque.
Nueve indicaciones de dinámica.
Veintitres digitaciones señaladas por algún cuidadoso editor.
Dos pausas importantes.
Un adorno que debe de interpretarse apropiadamente. ¡Y todo en sólo ocho compases! Y sin embargo el alumno ha rozado sólamente la superficie de lo que se requiere. El también debe de estudiar la naturaleza del fraseo no indicada en las señales de fraseo; debe de saber como tocar el arpegio inicial; debe de notar la extensión del tema principal antes de que el segundo tema se introduzca; el hecho es que hay muchas cosas que se deben de considerar todavía en este pequeño pasaje de ocho compases. Algunas personas tiene el don de observar, comprender y arreglar estos detalles técnicos y artísticos de forma tal que son capaces de hacer la obra en un periodo de tiempo mucho más corto. Estas personas son las que han aprendido a concentrarse.

COMO LA CONCENTRACION AYUDA A LA MEMORIZACION
 La concentración ayuda enormemente a memorizar - realmente parece poco necesario resaltar este hecho tan obvio. Un pequeño recurso que he empleado para memorizar puede ser de ayuda para el estudiante. Al estudiar una nueva frase con la idea de retenerla mentalmente uno debería de no sólamente estudiar esa frase sino también parte de la frase anterior. El actor al estudiar sus partes le da mucha importancia a sus señales de entrada. Aprende las últimas palabras del discurso anterior de manera que al oírlas sus propias líneas surgen automáticamente - esto es, sin pensarlo demasiado. Al memorizar, yo aplico un método similar que parece ayudarme inmensamente en obras complicadas. Al estudiar un anueva frase siempre comienzo a la mitad de la frase anterior. Por ejemplo, en una sección de la sonata a la que ya nos referimos encontramos estas dos frases:

Al memorizar la segunda frase yo la estudiaría de la siguiente manera:

Esto le proporciona a la memoria musical la misma ayuda que la que un actor recibe para su seguridad al recitar sus líneas en un escenario.
Mucho se puede ganar al observar los dedos en el teclado. Por supuesto que esto se refiere sólamente a la obra que el pianista puede tocar de memoria. Puede ser necesario que al principio el alumno practique con sus ojos lejos del piano, pero después de que él ha ganado un sentido de localización táctil encontrará que sus ojos le ayudarán mucho para obtener precisión. Un famoso virtuoso, uno de los más grandes, siempre mantiene sus ojos puestos en las teclas. El estudiante superficial podrá pensar que esto hace que la ejecución del virtuoso sea artificial y sin el abandono del antiguo tipo de pianista, quien ponía sus ojos en el cielo y sus dedos en las notas equivocadas. Sin embargo, hay algo en la atracción del teclado que se vuelve casi hipnótico y el ojo aprende a hacer que la ejecución sea más definida, más segura, mientras que al mismo tiempo la imaginación poética del intérprete no pierde nada de su fantasía.


 (Traducción: Eliud Nevárez)

Interpretaciones de Olga Samaroff:


BACH



LISZT




CHOPIN