Mi profesión es como el universo - no tiene fin
16 de Junio del 2014-¿Cuál es su día de trabajo típico? ¿Cuántas horas al día toca?
- En mi vida hay una regla muy importante: que no hay reglas. Todos los días hago algo nuevo, algo diferente. Por ejemplo, nunca me levanto a la misma hora. Es diferente cada día. La única cosa que es sagrada para mí es una siesta por la tarde el día de un concierto. Con respecto a la horas de estudio, sólo me siento al piano cuando siento ganas, por lo que en eso tampoco tengo ninguna regla. A veces no toco durante cuatro días seguidos.
- ¿Qué compañía hizo su instrumento? ¿O quizás son de varias?
- Tengo tres. Y todos son Steinways.
- ¿Cómo reacciona su familia a sus sesiones regulares de estudio?
- Es muy simple: mis hijos nunca me han escuchado ensayar. Siempre he tenido tiempo para eso mientras estaban en la escuela. Y cuando llegaban a casa les dedicaba mi tiempo a ellos y no a la música. Es lo mismo con mis nietos, quienes tienen siete y nueve años de edad. Cuando me visitan me paso todo el tiempo con ellos y no al piano.
- ¿Qué hace en sus días libres?
- Gracias a Dios en mi profesión la frase "fin de semana" no tiene mayor significado. Por ejemplo, cualquier martes o miércoles puede ser como un domingo para mí. Pero si tengo tiempo libre nunca tengo problemas para saber que hacer con él - tengo aficiones interesantes como la pintura, la literatura y el cine. Tengo una gran colección de películas, unos cuatro mil películas. He coleccionado todas las películas que han ganado un Oscar. A propósito, me encanta el cine ruso. También tengo una gran colección de películas rusas. Por supuesto, están cintas famosas como El acorazado Potemkin o películas de Andrei Tarkovski. Aparte de las películas de arte también me gusta ver películas biográficas. Películas sobre gente interesante e individuos extraordinarios.
- ¿Cómo se describe fuera del escenario?
- Soy un hombre que siempre encuentra tiempo para los demás. No importa quiénes puedan ser - familiares, amigos o simples conocidos. Por supuesto, es muy difícil poder describirse uno mismo. Sobre todo si se trata de decir algo positivo. Tengo una profesión bastante compleja. A menudo me siento como Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Bueno y malo. En el escenario de concierto soy malo y en la casa soy bueno. Estos son, por supuesto, papeles muy peligrosos. Y tengo mucho cuidado en no confundirlos.
- ¿Qué opinas del éxito? ¿Qué significa esa palabra para usted?
- En relación al público ... Cuando viene a los conciertos la gente espera mucho del intérprete. Y es nuestro trabajo no sólo estar a la altura de esas expectativas, sino incluso ir más allá. De lo contrario existe el riesgo de que las personas no regresen al próximo concierto. Con respecto al éxito, tengo que decir que estoy totalmente convencido de que el éxito es importante para todos, independientemente de la profesión que uno elija. Tengo un refrán favorito que dice "Si uno piensa que ya es alguien entonces uno deja de moverse hacia adelante." Que es en esto donde radica toda la belleza de mi profesión: nunca se alcanza la perfección. Mi profesión es como el universo - no tiene fin.
- Espiritualmente, ¿que compositores le son más cercanos?
- Entiendo su pregunta. Es hasta peligroso dar una respuesta definitiva. Como puedes ver, mi repertorio comienza con Bach y termina con compositores contemporáneos que han escrito música especialmente para mí. Pero puedo decir con absoluta certeza que Ludwig van Beethoven ocupa una posición clave no sólo en mi repertorio, sino también en mi vida. Beethoven es alguien a quien siempre estoy tratando de entender. A propósito, actualmente estoy escribiendo un libro sobre él, el cual se publicará el 2 de agosto de este año.
- Si estuviera vivo hoy ¿cree que serían amigos?
- Sí, creo que sí. Al menos me gustaría pensar que así sería.
- En una entrevista usted dijo que Beethoven fue un compositor que nunca se comprometió y en otro que era un sentimental. ¿Cuál es su opinión sobre Brahms?
- Beethoven fue uno de los grandes románticos. Lo mismo puede decirse de Brahms. Era muy sensible. Y no sólo como músico, sino, ante todo, como ser humano. ¡Sabes como apoyaba a Robert Schumann! ¡Cómo amaba a Clara Wieck Schumann! Y en su música, sobre todo en las obras pequeñas, se puede sentir calidez y fantasía. Una ensoñación para el amor. Una vez le preguntaron por qué él no componía óperas. Y respondió: "Si alguna vez me caso entonces voy a componer una ópera." Pero su amor por Clara nunca podía haber tenido un final feliz. Así que tal vez no se le puede considerar como alguien que haya sido muy feliz. Y ese deseo de amor, esa sensibilidad y calidez, en mi opinión es algo que Beethoven y Brahms comparten.
- Su afinidad con Beethoven es conocida como B & B .¿Cómo podría llamársele a su afinidad por Brahms?
- Estaría muy contento si a Brahms y a mí también se nos considerase de la misma manera (risas) .
- ¿Cuál es, en su opinión, es la principal dificultad para la interpretación de la música de Brahms?
- Tengo manuscritos de sus dos conciertos para piano con sus notas escritas a mano. Me interesa siempre saber que era lo importante para él. Particularmente en el segundo concierto, donde el propio Brahms escribió varias indicaciones con respecto a la dinámica. Creo que la mayoría de la gente tiene nociones equivocadas acerca de Beethoven, Mozart y Brahms. Piensan que si se trata de Beethoven entonces tiene que ser algo dramático, y si es Mozart entonces va a ser algo ligero. ¡Wolfgang Amadeus Mozart fue el compositor más dramático! Él escribió la ópera más dramática, Don Giovanni . Beethoven y Brahms son compositores increíblemente románticos y sensibles. Nunca me canso de interpretar las treinta y dos sonatas de Beethoven o las piezas líricas de Brahms. Es música que está llena de confesiones amorosas. El problema con Beethoven era que siempre se estaba enamorando de la mujer equivocada. Brahms, afortunadamente, encontró su Clara.
- ¿Usted piensa que la música de Brahms es accesible por la generación más joven?
- Por supuesto, después de todo, esta música nunca puede morir. Ha estado con nosotros alrededor de ciento setenta años, y no veo ninguna razón para que esto deba cambiar. Los jóvenes necesitan música en vivo, y es por eso que las salas de conciertos están siempre llenas. Música tan sensible como la de Brahms puede tocar cualquier corazón.
- Sus actuaciones son inusuales por su relación particular con cada sonido que produce, así como por la magnitud de pensamiento musical en general. ¿Cómo hace para combinar los dos? Por favor, comparta sus experiencias ...
- Es algo muy sencillo. Durante muchos años he estado estudiando obras cada vez más tempranas. Siempre trabajo con materiales originales. Tengo muchas ediciones diferentes de cada obra. A veces me canso de decirles a mis estudiantes que "antes de interpretar la música de Brahms, Rachmaninov o Tchaikovsky tienen que leer un libro acerca de ellos. Y sólo después se puede empezar a estudiarlos." Hoy en día me he vuelto mucho más libre en mis interpretaciones de las obras musicales. Pero eso es sólo posible cuando se tiene un gran conocimiento detrás de uno. Me encanta decir que "El conocimiento te hace libre." Si hay algo que no sé, entonces no me siento libre. El conocimiento es como unos cimientos. Cuanto más fuerte sean los cimientos mejor resistirá el edificio. Lo mismo puede decirse de la música.
- Usted es un hombre muy abierto. ¿Con que tipo de gente le resulta difícil congeniar?
- Tontos!
- ¿Qué cosas que le dan placer en la vida y que cosas despiertan en usted emociones negativas?
- Siempre me dan gusto los éxitos de los demás. Soy un jugador muy apasionado. Cuando juego a las cartas con amigos puedo perder durante horas y no me molesta en lo absoluto. Simplemente me gusta el proceso del juego. Y otra cosa ... con el tiempo he aprendido a mantener mis emociones negativas en control. Hay cada vez menos cosas en la vida que me pueden hacer perder el equilibrio. Por ejemplo, si estoy sentado en un aeropuerto, y el vuelo se retrasa y hay riesgo de que pueda llegar tarde a un concierto no me pongo nervioso o enojado como solía pasarme. La razón de esto es muy simple: no puedo cambiar las cosas, incluso aunque golpeara mi cabeza contra la pared. Y en situaciones en las que no puedo cambiar nada no veo la razón para desperdiciar mi energía nerviosa. Con el tiempo se llega a valores totalmente diferentes en la vida. Hay muchas cosas que simplemente dejan de parecer tan importantes - ya no me interesan más. Pero hay que vivir la vida para aprender esa lección. Y para estar agradecidos con Dios por muchas cosas.
Hablando con Svetlana Nikitina y Sonya Lyubich
De la página Mariinsky Theatre (https://www.mariinsky.ru/en/)
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