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martes, 29 de mayo de 2012

RECORDANDO AL PIANISTA PABLO JIMENEZ RIOS

Pablo Jiménez Ríos (1959-1984), a quién conocí en 1978, fue un excelente amigo y músico que compartió conmigo su excepcional talento y pasión para la música, revelándome a la vez obras para piano que me eran desconocidas. Por ejemplo, fue gracias a él fue que conocí y aprecié por primera vez las obras de Ravel y Debussy.

Pablo nació en Guadalajara en 1959. En 1973 ingresó a la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara; allí recibió el título de Instructor de Música dirigido por la Maestra Carmen Peredo en la clase de piano.
Participó en clases magistrales con los pianistas Georg Demus, Guido Agosti, Manuel Delaflor y otros. Más adelante Pablo estudió también en el Conservatorio Nacional de Música con María Teresa Rodríguez y con Luz María Puente. Fue pianista del Coro del Estado de Jalisco y de la Orquesta Sinfónica de Guadalajara. Pablo falleció trágicamente en un accidente en 1984.

Recuerdo de él una extraordinaria sensibilidad hacia la música que podía transportarlo a él y a uno a un fantástico mundo musical en el que imagino aun vive.
Programa de 1982, Sala Chopin, México D.F.


En una carta de hace 32 años me decía “…la vida del artista es muy compleja, no te lo digo porque ya lo sea, pero con toda mi alma lo intento y a fin de cuentas Beethoven, Ravel o Schumann siguieron luchando hasta el hermoso final de sus vidas. Quiero, Eliud, tener un final bueno, dejar una huella y si es preciso, madera que quemen para a otros alumbrar. Ojalá Dios me de esa bendición.”
No se si Dios escuchó a Pablo. Pero de lo que si estoy seguro, es de que su ejemplo y su influencia me han seguido acompañando y alumbrando desde su partida.

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